Con motivo de cumplirse 146 años de su fallecimiento, presentamos una muestra pictórica sobre la vida de Don Juan Manuel de Rosas, en la que recorreremos distintas situaciones que hicieron a su vida y obra.
Las obras están realizadas en acrílico sobre bastidores de chapadur preparado.
Autor: José Alessi
Juan Manuel de Rosas nació el 30 de marzo de 1793 y murió el 14 de marzo de 1877. Fue Gobernador de la Provincia de Buenos Aires desde 1829 hasta 1832 y, luego, desde 1835 hasta 1852. Fue amado por el pueblo al que siempre lo tuvo como beneficiario de sus políticas. Ejerció el gobierno de manera legítima y fue derrocado luego de la Batalla de Caseros, cuando un ejército formado por argentinos, brasileros y uruguayos, apoyados por Francia e Inglaterra, lo derrotan.
Es el máximo exponente de la defensa de nuestra soberanía nacional, por lo que en reconocimiento a ello, el General Don José de San Martín le otorgó el sable que lo acompañó en todas sus batallas. Será siempre recordado como El Restaurador de las Leyes y el más férreo defensor del orgullo nacional.
Agustina López Osornio, madre del Restaurador de las Leyes, pocos días después de haber dado a luz a su primer hijo, Juan Manuel.
Con solo 13 años de edad, Juan Manuel de Rosas integró el Escuadrón de Caballería llamado «Migueletes», al servicio de Liniers, quien luchaba frente las Invasiones Inglesas del 2 de agosto de 1806.
Los pueblos originarios de la zona pampeana lo distinguían a Rosas, denominándolo «indio rubio». Había un vínculo de hermandad entre ellos e, incluso, el único diccionario que se conoce de la lengua pampa fue escrito por Juan Manuel de Rosas.
Retrato de Juan Manuel de Rosas con su tradicional poncho. Si bien pertenecía a una familia de fortuna, decide independizarse de sus padres y llevar adelante su propia actividad de estanciero.
Encarnación Ezcurra fue su compañera durante largos años. En el período en que Juan Manuel de Rosas deja de ser gobernador, Encarnación lleva adelante la actividad política y es quien también habilitó con su labor que él vuelva a presentarse a un segundo mandato.
Rancho de Juan Manuel de Rosas en el Municipio de Monte, donde inicia el escuadrón de los Colorados del Monte, poderoso ejército que lo acompañó en toda su campaña.
Oficial del Ejército de los Colorados del Monte con su característico gorro de manga, confeccionado en sus orígenes, precisamente, con la manga de una camisa roja en desuso.
Buenos aires, Siglo XIX. Casas bajas, orientado hacia el río, prácticamente una gran aldea.
Un paisano a punto de colocarse un cintillo punzó luego de su mateada. Este cintillo fue el emblema de los Federales y objeto de crítica de los Unitarios que expresaban un odio visceral hacia Rosas, ya que detestaban las políticas por ellos llamadas «populistas».
Manuelita Rosas, hija del Restaurador de las Leyes, en la Estancia de San Benito, en Palermo. Manuela era una asidua concurrente a los bailes de candombe del pueblo africano que habitaba nuestro país, con quienes mantenía un vínculo firme y fluido.
Esta residencia fue, luego de su derrocamiento, usurpada por quienes lo vencieron y finalmente derrumbada para no dejar vestigios de su memoria.
Juan Manuel de Rosas y su hija Manuela conformaban una unidad de acción. Luego de la muerte de Encarnación, su hija se involucra más activamente en las actividades políticas junto a su padre.
La mayor expresión cultural afro en Buenos Aires fue realizada en la actual Plaza de Mayo durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Los sectores oligárquicos veían con desagrado la ocupación del espacio público por parte de esta población, ya que consideraban que ese espacio les pertenecía.
Barcazas y botes de la resistencia de La Vuelta de Obligado, ante la presencia de ingleses y franceses que pretendían atacar los derechos soberanos de nuestra Nación. Juan Manuel de Rosas pone al frente a Lucio Mansilla y resisten con barcos y cadenas el avance invasor. Los extranjeros tuvieron que ceder a la imposición del reconocimiento de nuestra soberanía y, de ese modo, fue considerado un triunfo y reconocido en el mundo como una posición muy firme de defensa de nuestros intereses.
El Gral. José de San Martín llevando en su mano el característico sable corvo que lo acompañó en todas las batallas de la independencia. El héroe máximo de nuestra Patria entregó este sable a Juan Manuel de Rosas en reconocimiento a su defensa de la soberanía y su resistencia a la embestida de los enemigos extranjeros.
La Estancia de Caseros fue un lugar emblemático en la que Juan Manuel de Rosas resistió la embestida del «Ejército Grande», comandado por las tropas de Justo José de Urquiza, integrado por brasileros y uruguayos y apoyado por Inglaterra y Francia en su intento por derrocar al Gobernador, dado que atentaba contra sus intereses.
Los jarrones con la imagen del Restaurador eran objetos muy utilizados en las casas del pueblo bonaerense durante esa época. A pesar de la orden de sus enemigos de hacerlos desaparecer, muchos de ellos aún se conservan.
El Mariscal López fue, durante la Guerra de la Triple Alianza, el Presidente y Comandante en Jefe del Ejército paraguayo. Fue asesinado en Monte Corá por las tropas conformadas por el ejército argentino de Bartolomé Mitre, uruguayo y brasilero y el apoyo de los ingleses que veían en Paraguay un peligro a la comercialización de sus productos industrializados, ya que se estaba convirtiendo en una Nación potencia dentro de la región.
Juan Manuel de Rosas le legó su sable en reconocimiento a la resistencia que opuso este Mariscal a las fuerzas extranjeras.
En la Batalla de Caseros ocurrida el 3 de febrero de 1852, el Ejército de la Confederación Argentina al mando de Juan Manuel de Rosas, Gobernador legítimo de la Provincia de Buenos Aires, fue derrotado por el llamado «Ejército Grande» que estaba compuesto por fuerzas brasileras, uruguayas, las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fé y los unitarios exiliados y liderados por Justo José de Urquiza, Gobernador de Entre Ríos, quien se había sublevado contra Rosas el 1 de mayo de 1851.
Luego de la Batalla de Caseros ocurrida el 3 de febrero de 1852, Juan Manuel de Rosas parte al exilio. Nunca más pudo regresar a nuestro territorio y murió en Southampton, Inglaterra.
El 30 de septiembre de 1989, luego de 137 años de su fallecimiento, se repatriaron sus restos y, de esa forma, se hacia justicia por uno de nuestros principales próceres, que en vida no había podido retornar a su país. El pueblo argentino brindó y celebró por el retorno a la Patria. Hoy, sus restos descansan en la bóveda familiar del Cementerio de Recoleta.
Luego de la repatriación de los restos de Juan Manuel de Rosas, se realizaron en el país diversos homenajes justos a este querido patriota. En este caso, en una escuela rural con un Colorado del Monte y la bandera de la Condeferación presentes.
El Restaurador fue durante muchos años postergado, negado y criticado por la historia oficial sostenida por la oligarquía que buscó desterrar de la memoria del pueblo la imagen de este prócer. Eliminaron todo vestigio de viviendas, elementos e imágenes asociadas, así como también fue negado en los libros y relatos históricos.
Esperamos que esta muestra haya sido un disparador para repasar la historia, repensarla y debatirla.
Próximamente, podremos recorrerla de manera presencial.